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viernes, 7 de marzo de 2025

MUJERES FILÓSOFAS



Desde la antigüedad se ha tenido conocimiento de mujeres que se han dedicado a la filosofía a lo largo de la historia, pero mucho de su legado no ha sido tan estudiado hasta nuestros días. La mujer y la filosofía siempre se ha mantenido en un completo tabú*

Tabú* 'Prohibición de tocar, mencionar o hacer algo por motivos religiosos, supersticiosos o sociales (RAE)

 

LAS PRIMERAS FILÓSOFAS

Diotima de Mantinea

Filósofa Griega, sacerdotisa* y maestra de Sócrates.

Llegó a Atenas en el año 440 a.C.  para liberar la polis* de una posible peste  Allí purificó el lugar con diversos rituales y gracias a su Intervención se evitó a lo largo de diez años lu epidemia que finalmente irrumpió durante la guerra del Peloponeso.

 Allí conoció a un Sócrates de treinta años al que le enseñó todos los misterios del amor.

👳Sócrates decía en un discurso sobre el amor,  que Diotima era "una experta en asuntos eróticos”.  “Todo lo que sé sobre el amor, se lo debo a ella”.

Sacerdotisa* mujer que ejerce el sacerdocio o un ministerio religioso.

Polis*: ciudades-estado de la antigua Grecia


Diotima decía que “el deseo por el cuerpo” de una persona que consideramos hermosa es “solo el primer peldaño de una escalera” que lleva a que valoremos “la forma de la belleza universal”.





 Hipatia de Alejandría (360 d.C - 415 d.C)

                                              

Esta filósofa griega natural de Egipto es una de las primeras científicas de las que existe constancia. Fue profesora en la escuela de Alejandría; sus clases eran diálogos en los que discutía con los alumnos sobre filosofía, matemáticas, astronomía, ética y religión. 

Escribió sobre geometría, álgebra y astronomía, mejoró el diseño de los astrolabios, instrumentos para determinar las posiciones de las estrellas.

En el mes de marzo del año 415, en plena Cuaresma, un crimen sacudió la ciudad de Alejandría: una muchedumbre vociferante atacó a la respetada y sabia Hipatia, la mató y se ensañó con sus restos. Los asesinos formaban parte de «una multitud de creyentes en Dios»